jueves, 24 de noviembre de 2016

5 minutos por paciente: Lo imposible es no llevar retraso.





"Por fin nos toca entrar" Dice ella. "25 minutos han estado los anteriores" Añade él con tono recriminatorio. "Antes las consultas eran de 5 minutos" Prosigue él con sorna, incitándome a dar explicación.
"Ahora también son de 5 minutos, así que cuéntenme rápido" Digo yo.

Yo, suplente y de otra localidad, me desplazo hasta mi ahora puesto de trabajo para atender a los pacientes que me son asignados. No son amigos, conocidos ni tengo que socializar. Son pacientes y yo cumplo con mi deber (eso no quita que cada vez que hablo con ellos intente ser amable y cordial, para que se sientan cómodos en su discurso y pueda atenderlos mejor).

Tenemos 5 minutos por paciente porque lo dice la agenda donde están citados, pero realmente cada paciente precisa su propio tiempo puesto que cada uno acude con un motivo particular (si no son dos o tres) por el que consultar. Así no es lo mismo el que viene a pedir sus recetas mensuales, que sólo es darle a "imprimir", que el anciano polimedicado con un historial kilométrico y que además le cuesta explicarse. Además, hay que añadir a las "urgencias" y a los "sin cita", todos espontáneos, que se van introduciendo en la agenda y a los que también hay que atender.

Si voy con retraso y salgo a llamar, nunca faltan los resoplidos y las malas caras. No saben que la que más ganas tiene de resoplar y gruñir soy yo, que con el retraso me salto el ratito de descanso que nos marca la agenda, que me aguanto las ganas de ir al baño y que me iré más tarde a casa de lo que la agenda tiene previsto. Pero en vez de resoplar y gruñir, saco mi mejor sonrisa y los voy llamando. 

En la consulta, intento controlar el tiempo disimuladamente con el reloj del ordenador (porque los mismos que en la sala de espera despotrican por el retraso, son los que en consulta pierden la noción del tiempo) pero como digo, cada persona necesita su tiempo y a veces, como comprenderéis, 5 minutos pueden quedarse ridículos.

Recordando la entrada "cualquier cosa menos médico", vemos que ¡¡lo imposible es no llevar retraso!!

Sumado al disconfort que puede generar el retraso tanto en el paciente como en el médico, encontramos la toma de decisiones acelerada, las exploraciones bajo presión, las explicaciones escuetas a los pacientes, la inseguridad del diagnóstico rápido... Muchas veces, lamentablemente, puede desembocar en el empobrecimiento de la relación médico-paciente así como el incremento de pruebas complementarias o derivaciones al especialista imprecisas que, entre otras cosas, contribuyen  una vez más al malgasto de tiempo y recursos.

Me uno con esta entrada al elevado número de compañeros que han intentado antes que yo explicar a qué se debe este "retraso" (ejemplos son Un día cualquieraContrato de gestión y los 10 minutosLa tortura de ser médicoUna hora de retrasoEl tiempo de espera en el Centro de Salud ¿es indicador de algo?La consulta sin cita, mal llamada "de urgencia", La sobrecarga asistencial, Llevar puestos los dodotisSer médico de familia en el Reino Unido ), porque sumando nuestras voces llegaremos a más gente para descubrir los motivos del mismo, con el objetivo de encontrar soluciones.

Quizás si se optara por mayor educación en salud, se reduciría el gran número de consultas evitables, pudiendo aumentar así el tiempo por paciente en las agendas (a 7-10 minutos), con el fin de mejorar su atención sanitaria.

 Podría llegar a ser una solución. ¿Qué opináis?

domingo, 13 de noviembre de 2016

10 Soluciones prácticas contra el insomnio


La vía láctea entre un cielo estrellado
El mágico instante capturado por mi amiga Sara Herranz,
una noche insomne cualquiera.

-Ahhh!Hé Hueño!! -Dices en medio de un bostezo mientras te encaminas a la cama. Pones la alarma del despertador y una vez empijamado, te metes entre las sábanas esperando el abrazo de morfeo. 
Sin embargo, ese abrazo se hace de rogar. Ojos como platos y mil pensamientos agolpándose en la cabeza para no dejarte en paz. 
-Ahhrrgg!! -Gruñes y te retuerces entre esas sábanas que, por cierto, ¿están empezando a sobrecalentarse?. Entierras la cabeza bajo la almohada en un iluso intento de marcar distancia entre tus pensamientos y tu. Pero nada, allí siguen. ¡Espera! Hay uno nuevo en el que vas a detenerte: Duermeteeee que mañana vas a estar cansado y no vas a rendir!
-Mier**!! -Por si no estabas todavía agobiado. 
Te incorporas y miras la hora. -Qué??!! -Dices abriendo todavía más tus ojos insomnes. Han pasado dos horas y sigues sin dormir. Entonces entras en un bucle de agobio que, comprobado, va aumentando cada 2 horas.
Por fin, exhausto, el sueño se rinde ante tí. Cinco minutos después, suena el despertador.


Esta historia nos suena. De hecho, todos podríamos ser su protagonista una noche insomne cualquiera. Pero... ¿os imagináis sufrirlo noche tras noche?.

Podemos detectar el insomnio a pesar de las diferentes formas que tiene de presentarse. Cuando, como le ocurre al protagonista de la historia, existe una dificultad para conciliar el sueño, estamos ante un insomnio de conciliación; si existen períodos de vigilia durante el sueño, tendremos insomnio de mantenimiento y si lo que nos ocurre es que el último despertar es antes de lo deseado, nos encontraremos ante un despertar precoz.

El insomnio que dura menos de 1 semana se llama transitorio. Si dura entre 1 y 3 semanas, entonces es de corta duración. En caso de que su duración vaya más allá de las 3 semanas, estaríamos ante un insomnio crónico.

Aunque su causa es habitualmente primaria, es decir, su causa es la propia dificultad para conciliar el sueño, también puede ser secundaria o debida a factores ambientales, orgánicos, psiquiátricos, farmacológicos...

10 Soluciones prácticas contra el insomnio

  1. Intentaremos adoptar una regularidad en los horarios de sueño. El hábito ayuda a dormir.
  2. Evitaremos dormir y usar el dormitorio durante el día.
  3. Nos expondremos de forma adecuada, durante el día, a la luz solar. 
  4. Realizaremos actividad física durante el día, evitando llegar excesivamente cansado a la cama.
  5. Evitaremos acostarnos nada más cenar y tomar bebidas estimulantes por la tarde-noche (alcohol, té, café...), así como el hábito tabáquico.
  6. Distraigámonos de las preocupaciones del día al menos dos horas antes de ir a dormir.
  7. Una vez acostados, evitaremos ruidos, calor-frío excesivos, luz, etc.
  8. No nos esforzaremos demasiado en intentar dormir.
  9. Pongámonos prendas cómodas que no nos molesten durante la noche.
  10. Si nos despertamos por la noche, sin lograr conciliar de nuevo el sueño, nos levantaremos y en otra estancia, realizaremos una actividad reposada hasta que volvamos a sentir el sueño.


Si a pesar de llevar a cabo estos consejos, no lográramos conciliar el sueño, podríamos consultar con nuestro médico para  indicación de tratamiento farmacológico o realización de los estudios pertinentes.




BIBLIOGRAFÍA:
http://www.fisterra.com/salud/1infoConse/insomnio.asp


domingo, 6 de noviembre de 2016

ELA o Esclerosis Lateral Amiotrófica: Una enfermedad sin cura, pero con esperanza.

A diario recibo en la consulta sintomatología muy variopinta, que tras un exhaustivo interrogatorio, una meticulosa exploración y las pruebas pertinentes... no soy capaz de hallar su origen.

Descartadas las causas urgentes, comienza el período de incertidumbre.

En esa incertidumbre, me gusta involucrar al paciente. No lo dejo solo, pero le doy un tiempo donde debe hacerse conocedor de su sintomatología y estar pendiente de su evolución. Ante la persistencia de la clínica, la aparición de nuevos síntomas que considere relevantes o que yo le haya explicado como "de alarma", deberá volver a consultar.

La mayoría de las veces, los procesos de sintomatología inespecífica, suelen resolverse solos sin haber sido necesario encontrar su origen y tanto pacientes como médicos vencemos esa incertidumbre con éxito, fortaleciéndonos en ella. Desgraciadamente, hay otros casos donde el paciente vuelve a consulta ante la persistencia o evolución de la sintomatología. En esos casos, hay que extender el estudio tanto a enfermedades comunes como enfermedades menos frecuentes, con formas distintas de expresión.

Fundación Francisco Luzón contra ELA
A razón del artículo que hoy se publicaba tanto en El Mundo como en El País sobre la lucha contra la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) de Francisco Luzón me atrevo a escribir unas líneas sobre esta terrible enfermedad que, en un inicio juega con nuestra incertidumbre (por culpa de esas formas tan vagas y distintas de presentarse) para instaurarse, una vez diagnosticada, en las vidas de pacientes y familiares, generando angustia e impotencia por su infausto pronóstico, sus devastadoras consecuencias y la falta de tratamiento definitivo.

La ELA es una enfermedad progresiva de las motoneuronas (neuronas que actúan sobre los músculos para conseguir su movimiento) tanto centrales como periféricas, que cada año en España se diagnostica en 900 personas, aparece entre los 40 y 70 años, es mas prevalente en hombres y su causa, aunque hay muchas teorías, es por el momento desconocida. Su síntoma principal es la debilidad, tanto de los músculos de las extremidades como de los involucrados en la deglución, la fonación e incluso la respiración.

No existe cura y desconoce cuál es su manejo más adecuado. Sin embargo, hay mucho que se puede hacer. El sólo hecho de actuar adoptando medidas sintomáticas, paliativas, psicológicas y de sostén, ayuda muchísimo tanto al paciente que la padece como a la familia que tiene detrás.

Esa es la idea que precisamente me transmite la joven Fundación Francisco Luzón: Todavía queda mucho por hacer y de una manera diferente. Aprovechando la capacidad de un gestor inigualable, como es su fundador, se ha diseñado una infraestructura con un objetivo fundamental. Además de promover la investigación de una enfermedad todavía incurable y de lograr su mayor conocimiento y concienciación entre la población general, tiene intención de unir e integrar los esfuerzos de otras tantas asociaciones y fundaciones con los centros sanitarios públicos de nuestro país.

Mucha suerte, Paco. Como dices, la ELA te ha quitado la voz, pero no has podido hablar más alto.



BIBLIOGAFÍA
http://www.medigraphic.com/pdfs/fisica/mf-2003/mf032f.pdf




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