domingo, 4 de septiembre de 2016

CUIDADOS BÁSICOS PARA LA PIEL


Durante la consulta, no todo son preguntas sobre enfermedades o molestias. Algunas veces también son inquietudes sobre nuestro propio cuidado para intentar prevenirlas y entre las más frecuentes, suelen encontrarse los cuidados de la piel.

La piel no sólo nos recubre y protege de las agresiones externas (temperatura, radiación, sustancias químicas, gérmenes patógenos, presión...), sino que es un órgano fundamental para otras muchas tareas como la regulación de la temperatura, el control de sensibilidad, la regeneración tras las agresiones, la producción hormonal y como fuente alimentaria; sin olvidar que además, el estado de nuestra piel afecta al modo en que la percibimos nosotros y los demás, por lo que una piel sana nos hará sentir más cómodos y confiados.

Todas estas funciones son realizadas por las distintas capas de la piel, entre las que distinguimos, a grandes rasgos:

EPIDERMIS: Capa más superficial formada por unas células llamadas queratinocitos, que nacen en el estrato más profundo y van ascendiendo, cada vez más cargadas de queratina, hacia la superficie donde finalmente se desprenderán.

DERMIS: Capa central donde se albergan vasos sanguíneos, vasos linfáticos, glándulas sebáceas, receptores sensitivos y raíces pilosas.

HIPODERMIS: Capa más interna que sirve de almohadilla, aislante y almacén de energía, puesto que es donde se encuentran fibras colágenas y células grasas (adipocitos), además de vasos sanguíneos.


Diferentes capas de la piel


Como vemos, nuestra piel es compleja y tiene una gran importancia en nuestra salud, por lo que son entendibles las inquietudes sobre su cuidado. Es por ello que me he puesto en contacto con mi gran amiga Isabel , una excelente profesional dedicada al mundo de la estética y el maquillaje (recomiendo veáis su página Web ISABEL CERES), a la cual admiro, entre otras cosas, por su dedicación y esmero en los cuidados de la piel, y le he confiado esta entrada para que nos aconseje:

"Para tener una piel sana es fundamental una alimentación equilibrada, beber mucha agua y utilizar protección solar siempre (aunque sea invierno). Además, debemos prestar atención a las necesidades específicas de la piel:

Hablando de productos cosméticos, nos centraremos en las necesidades de cada piel , siendo diferentes para unas personas y otras, e incluso distintas en una misma persona dependiendo del período de su vida en el que se halle o del clima (húmedo o seco )en el que se encuentre. Por ello lo mejor es observar nuestra piel en cada momento.

Todas las pieles necesitan para su cuidado dos pasos básicos: limpieza e hidratación. 


LIMPIEZA

Es fundamental eliminar las impurezas que se acumulan en la piel durante todo el día y la noche; tengamos en cuenta que vivimos en contacto con la contaminación del ambiente y nuestros poros se resienten. 

En caso de que nos maquillemos en nuestro día a día, es recomendable que cuando lo vayamos a retirar, realicemos una doble limpieza (tendencia Koreana): primero desmaquillar y después utilizar un limpiador facial. Así aseguramos una limpieza total.

Limpiadores faciales: 

Piel con tendencia grasa: se recomiendan limpiadores más astringentes, que se aclaren con agua y regulen el sebo. No obstante, tendemos a abusar de ellos cuando también contamos con productos aceitosos que si se retiran con agua, pueden llegar a eliminar la suciedad más que cualquier otro.

Piel normal o con tendencia a seca: es mejor evitar los sulfatos de los productos limpiadores, por ello elegiremos los menos jabonosos y más cremosos. 

HIDRATACIÓN

Piel grasa: 

- Buscar texturas ligeras, cremas, gel o incluso aceites (jojoba, loto y té verde, son de los mejores).
- Huir de las denominadas cremas nutritivas o las que contienen muchas siliconas porque favorecen la formación de comedones (poros de la piel obstruidos e infectados). 

Pieles normal o seca: 

- Buscar texturas densas y nutritivas. Podemos ayudarnos de productos que contengan extractos naturales o aceites esenciales (karité, rosa mosqueta, aceite de borraja...)

Si estos cuidados básicos queremos además complementarlos, podremos utilizar:


- Exfoliación para eliminar las células muertas, una vez a la semana. 
- Mascarillas que sean, dependiendo de las necesidades de la piel: purificantes, equilibrantes, nutritivas, etc.
- Añadir a nuestra rutina facial diaria productos que contengan tratamiento para conseguir un resultado determinado, por ejemplo: Vitamina C, que estimula la síntesis del colágeno; Ácido Salicílico o Urea, que produce una suave exfoliación y ayuda a eliminar las imperfecciones... Y así una gran lista de componentes que realizan una "agresión controlada" sobre nuestra piel, para que esta se active y "repare", obteniendo como resultado una piel más bonita; pero como son muchos los que podemos encontrar en el mercado cosmético, los reservaremos para otra ocasión ;)"

Mujer aplicando crema facial






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