domingo, 25 de octubre de 2015

AUTOMEDICARSE, ¿Sí o No?

Todos los días en la consulta se repite la misma pregunta: 

Fulanit@, ¿Se ha tomado algo para el dolor o la fiebre?

Y casi siempre se obtiene la misma respuesta: 

EL SILENCIO.

Muchos quedan paralizados sin saber qué responder; si dicen sí, se les juzgará por automedicarse, si dicen no, se les juzgará por no haber intentado tomar ni un triste paracetamol. Me recuerda mucho a cuando se les pregunta si han tenido fiebre (recordemos al paciente Nº1 o de la temperatura baja) y se ven en una encrucijada...- Oh, no! Si digo que he tenido fiebre sería mentir, pero decir que no la he tenido sería fomentar el no hacer nada conmigo!. 

Nada más lejos de la realidad.

¿Por qué suele suceder esta reacción? En parte tenemos la culpa muchos sanitarios, que hemos fomentado el miedo a automedicarse (¿Cómo se ha tomado algo antes de venir a consultar?) y en parte la información parcial que recibe la población sobre la automedicación (No te automediques!!). De ahí que sean muchas las personas que colapsan la consulta por dolores leves o picos febriles que quizás habrían cedido con un analgésico/antipirético habitual que tuvieran por casa y hubieran tomado otras veces. 

No he hecho un estudio sobre lo que entiende la gente por automedicación, pero es cierto que a diario tengo que explicar a un elevado número de pacientes que la automedicación es un término muy amplio, que va desde la toma de un "paracetamol" hasta la toma de "las pastillas para dormir del abuelo". Es cierto que últimamente se han creado muchas resistencias bacterianas (es decir, bacterias más potentes que resisten a los antibióticos de los que disponemos) porque existía una práctica consistente en tomarse unas cuantas pastillas del antibiótico que había sobrado de la amigdalitis del invierno pasado para un dolor cualquiera "por si acaso le iba bien", y claro, las bacterias con tan poca cantidad no solo no mueren, sino que se hacen fuertes frente a él. Y también es verdad que existen casos dramáticos donde alguien toma "la medicación del vecino que le ha sentado de miedo" y se intoxican. Es por ello es por lo que se lanzan campañas para la No Automedicación, que intentan evitar esas consecuencias.

Yo creo que debemos ser razonables al interpretar nuestros síntomas y cuando sean banales, comenzar por poner el primer escalón de cuidados en casa (analgésicos/ antitérmicos), teniendo siempre en cuenta que el Médico de Familia está ahí para consultarle todas las dudas que nos puedan surgir y obviamente intervenir cuando esos primeros cuidados sean insuficientes.


BIBLIOGRAFÍA:
http://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-automedicacion-ancianos-la-realidad-un-13137733
http://www.elsevier.es/es-revista-semergen-medicina-familia-40-articulo-la-automedicacion-responsable-publicidad-farmaceutica-13085859
http://www.elsevier.es/es-revista-semergen-medicina-familia-40-articulo-actualizacion-medicina-familia-automedicacion-13116852







miércoles, 14 de octubre de 2015

Ignorantia juris non excusat

Puerta abierta de una consulta

Se enjugó las lágrimas, se sonó la nariz y suspiró. Apoyó sus dos manos sobre la mesa de la consulta y tras propinarle dos golpecitos contenidos, se levantó de la silla.

-O sea, que usted no me va a decir nada.

La doctora negó despacio con la cabeza. 

Aquella señora que hace unos minutos se deshacía en lágrimas, la miró desafiante y se marchó.

La escena que acabáis de leer, aunque ficticia, se repite muchas veces en las consultas de primaria. Suelen suceder cuando un paciente no quiere que nadie (incluyendo su familia) sepa de su situación, enfermedad o pruebas y de pronto un familiar, agobiado por lo que le pueda estar ocurriendo a dicho paciente, acude a la consulta pidiendo información. 

Recurren al médico de cabecera, al médico que trata a toda su familia y del que espera resuelva todas sus dudas; sin embargo, no comprenden que es el paciente el que, estando en plenas facultades mentales y no comprometiendo a la salud pública, es el único que decide qué hacer y a quién dar su información. 

Muchos podríamos pensar que darle información a ese familiar, que seguramente quiera el bien del paciente, no podría suponer ningún problema; no obstante, nos estaríamos equivocando. 

Ley de Autonomía del Paciente

Esta escena es sólo un ejemplo de las situaciones en las que, tanto médicos como pacientes, nos podríamos encontrar en algún momento. De hacer algo que no fuera lo correcto, podríamos vernos envueltos en un problema legal. ¿Por qué? porque "Ignorantia juris non excusat" o lo que significa "El desconocimiento de la Ley, no exime de su cumplimiento".


Con la vorágine de pacientes y el tiempo que requiere estudiar y estar actualizado en medicina, a veces dejamos relegado a un  segundo plano el estudio de las leyes. Como el conocerlas es fundamental y evitaría a veces disgustos innecesarios, aprovecho esta entrada para dejar por aquí el enlace al BOE sobre la Ley De Autonomía del Paciente; así todo el que esté interesado, puede consultarla.


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