jueves, 26 de febrero de 2015

UN AÑO...


Esta mañana, mientras me arreglaba antes de ir al centro de salud del pueblo donde estoy rotando, me he mirado al espejo y las he visto. Allí estaban, intentando pasar desapercibidas; sin embargo, cada vez que esbozaba una sonrisa, ellas se henchían. 

Aseo VintageAquellas tímidas arruguitas de expresión me han dejado helada. ¿Cuántas horas he tenido que sonreir para esculpirlas sobre mi cara? ¡Caray! El tiempo pasa muy deprisa... Menos mal que tiene el detalle de dejarnos huella. 

Y... de nuevo una cincelada más. 

Entonces, justo antes de irme de casa, todavía con todo lo ocurrido en la mente, me he reafirmado en mi idea de que el tiempo pasa muy deprisa. Y es que hoy ya hace un año que, con la ilusión con la que se hacen las cosas que se desean compartir, comencé a escribir este blog que ha ido dejando también su huella.

Agradezco a todos los que lo habéis leído alguna vez porque sin vuestras visitas no habría sido tan emocionante llegar hasta aquí. E invito a los que no lo hayan hecho, a encontrar entre las entradas, un consejo, una anécdota o una reflexión olvidada... sin miedo a que, desprevenidamente, se cincelen también vuestras caras.


Un año...

desde que surgiste en mi mente,
desde que te hiciste tangible,
y apareciste de repente.

Un año...

de retratos situacionales,
de apuntes, de consejo amable,
y sonrisas sensacionales.

Un año...

con días de verde o post guardia,
días en blanco y sin señales,
o los negros, de taquicardia.

Un año...

hacia el encuentro de lectores,
de sus mensajes de vanguardia
y comentarios sin pudores.

Un año...

de MUCHAS FELICIDADES,
que aún no siendo merecedores,
nos regalaste en tus deidades.



Mafalda lleva tarta de cumpleaños
¡¡MUCHAS FELICIDADES, BLOG!!

viernes, 6 de febrero de 2015

Podríamos respirar tranquilos.

Imaginémonos un psicópata. Ahora un psicópata en urgencias. Imaginemos que además no es paciente, sino médico. Y que, por si fuera poco, está en pleno brote de su delirio. Aún así, podríamos respirar tranquilos. ¿Por qué?.

Los médicos, ante tanta carga asistencial, solemos ir con prisas. Pensamos con rapidez las causas y los tratamientos de las enfermedades mientras atendemos  el disconfort personal y la enfermedad física de nuestros pacientes, recordando diagnósticos diferenciales y explicando a diestro y siniestro que un antibiótico no cura una gripe(¡¡es alucinante el hambre de antibiótico de alguno!!). Y no siempre es fácil (no os quiero contar si además eres residente y aún no te desenvuelves con completa seguridad).  Sin embargo, la mayoría de las veces, discurre el trabajo sin incidencias. Esto se debe fundamentalmente a esos Ángeles de la Guarda llamados Enfemer@s y Auxiliares.

Enfermería velando por la seguridad de todos.
Cada vez que se pauta una medicación, ellos la revisan para evitar errores. Si un paciente se angustia, ellos son los primeros en acercarse para interesarse por su estado. Siempre tienen ojos para todos los pacientes y se encargan de avisar al médico cuando algo les parece que no marcha bien. 
Cuando eres R1 y decides poner medicación, les miras a ellos sabiendo que te van a explicar cuánta medicación se suele poner y de qué forma. Cuando eres R mayor, te apoyas en ellos por su gran experiencia para decantarte por un tratamiento u otro. Y he visto que para los adjuntos son imprescindibles en el manejo y cuidado del paciente crónico (entre otras muchas cosas).



Orgullosa estoy de estar rodeada de tan buenos profesionales. Y por eso digo que... aún atendiéndonos un médico psicópata, podríamos respirar tranquilos.







Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...