sábado, 27 de diciembre de 2014

Noches blancas de hospital

“Noches blancas de hospital, dejad el llanto esta noche, el niño está por llegar”; así dice una estrofa de un villancico que de niña, en Noche Buena, tocaba con la guitarra.  

Esta Noche Buena, pese a no ser blanca salvo por los hielos de la madrugada, para mí ha sido de hospital: me ha tocado hacer guardia.

Es extraño el día 24 de Diciembre en la urgencia; los adornos navideños invaden las paredes de los boxes, hay dulces repartidos por los controles de enfermería y en cada cambio de turno nos felicitamos las fiestas con los que entran y con los que se van. Los que trabajamos las 24h, aprovechamos el ratín en el que la urgencia está más calmada para reunirnos en la sala del fondo y cenar todos juntos, adjuntos y residentes, a diferencia de los días normales en los que apresuradamente bajamos por turnos a la cafetería para cenar.

Y es curioso; también los motivos de consulta durante este día son diferentes:
  • Por la mañana prevalecieron los cuadros neurológicos, sobre todo en los abuelitos. Las enfermeras con cierta experiencia nos comentaban que solía repetirse año tras año, debiéndose muchas veces a los cambios emocionales que sufren llegadas estas fechas (unos salen de sus casas para ir a casa de sus familiares, otros reciben en sus casas a mucha gente y han de hacer un sobreesfuerzo para cocinar), lo que provoca alteraciones en su tensión arterial que repercuten en la vascularización cerebral, apareciendo las lesiones. 
  • Por la tarde, los cortes con cuchillo y las caídas en la cocina mientras preparaban la cena tuvieron su momento de gloria.
  • Y una vez iniciada la madrugada, casi todas las consultas se relacionaron con las intoxicaciones etílicas, las caídas en los bares, las indigestiones tras las cenas abusivas y las reacciones alérgicas al marisco.
No obstante, aunque menos que en días corrientes, no faltaron las consulta no-urgente... quizás más de uno había encontrado en la urgencia la excusa perfecta para faltar a cenar en casa de la suegra... 

Pese a ser una No-Blanca (aunque sí larga) noche de hospital, fue toda una experiencia... una Noche Buena muy distinta a las demás. 

Y compartiéndola con todos los que de vez en cuando leéis este blog, me despido hasta el año que viene, esperando que venga cargado de nuevas ideas para convertirlas en entradas.

Os deseo felices fiestas con un buen y divertido final de año.


¡¡Nos leemos a la vuelta!!



sábado, 6 de diciembre de 2014

EL TEMIDO "TACTO RECTAL"

campaña de prevención con tacto rectalExisten palabras raras en el mundillo médico que son percibidas por los pacientes como parte de su "jerga médica" y por tanto no les prestan atención. Al oírlas, muestran rostro indiferente y esperan que se les sea traducida a un idioma más inteligible. Sin embargo, hay dos palabras clave que, en cuanto se escuchan, ponen al paciente en estado de alerta: "TACTO RECTAL". Muchos no saben bien su significado, en qué consiste ni para qué se realiza... pero su simple mención, no les deja indiferentes.

Recuerdo una mañana de prácticas en digestivo, siendo estudiante de tercer curso, que irrumpimos en la habitación de un enfermo un séquito de médicos (porque en un hospital universitario esta suele ser la estampa): A la cabeza iba el adjunto de digestivo y siguiéndole detrás íbamos el residente de digestivo, el residente de familia, mi compañero de clase y yo. Tras saludar al enfermo, presentarnos y realizarle alguna pregunta rutinaria, el adjunto le comentó que íbamos a realizarle un tacto rectal, y el enfermo se giró para mirarnos a los allí presentes y con cara de susto exclamó señalándonos a todos...¿¿Pero...todos??

Lo cierto es que no sólo a los pacientes les desagrada esta exploración; un tacto rectal tampoco creáis es plato de buen gusto para los médicos. ¡¡Pero cuando hay que hacerlo, hay que hacerlo!!

Su mala prensa, los prejuicios que muchas personas tienen sobre el, el desconocimiento de la utilidad de esta técnica, los miedos infundados, las habladurías de la gente... generan rechazo. Pero la realidad es que es una técnica exploratoria muy barata, rápida, incruenta y que aporta valiosa información.

¿Qué es, por tanto, un tacto rectal?

Es una técnica exploratoria que consiste en introducir el dedo del médico por el ano del paciente, para palpar la parte final del intestino grueso (el Recto)  y, si el paciente es hombre, también palpar la próstata.  
El dedo del médico va cubierto por doble guante y muy bien lubricado para que no produzca ninguna molestia al introducirse. La duración del procedimiento no suele excederse de 30-60 segundos.

realización de tacto rectal


¿Cómo se ha de colocar el paciente?


La colocación del paciente es un punto importante a la hora de entender el rechazo a esta exploración. Dependiendo de cuál de ellas se escoja, hay pacientes que podrían sentirse más vulnerables y mostrarse más reacios. Es importante por ello saber que existen varias formas de colocación y que se intentará siempre escoger en la que más cómo se encuentre el paciente.

  • Posición genu-pectoral: El paciente se coloca de rodillas sobre la camilla, separa las rodillas y apoya los hombros y la cabeza (frente o una mejilla) sobre la misma, intentando conseguir la mayor lordosis lumbar posible. 
posición genu-pectoral

  • Decúbito supino: El paciente se tumba boca arriba, con las piernas separadas, en posición ginecológica.


posición decúbito supino

  • Decúbito lateral: El enfermo se coloca tumbado hacia el lateral izquierdo, con caderas y rodillas flexionadas y formando un ángulo el tronco con los muslos hacia el borde de la camilla, en el que se situará el médico. Es la posición más cómoda y menos violenta, y por tanto la que más se utiliza en la práctica clínica.

posición decúbito lateral


¿Para qué sirve el tacto rectal?


Durante el tacto rectal hay dos fases:

1. Fase de inspección, donde el médico visualiza la parte externa del intestino: el ano. Nos sirve para identificar lesiones que pueda tener en sus inmediaciones y que estén provocando sangrados, dolor, etc, como podrían ser fisuras, fístulas, abscesos, hemorroides, tumoraciones anales y perianales.

2. Fase de palpación. El tacto es un sentido fundamental. Nos da mucha información sobre la forma de las cosas que tocamos, la textura, la consistencia... y por ello, tan sólo palpando la parte final del intestino podemos detectar la fuerza del esfínter anal, tumoraciones rectales, impactaciones fecales, y en caso de ser varón, localizar irregularidades en la forma o consistencia de la próstata.
Además, al sacar el dedil, podemos observar la coloración y productos patológicos de los restos fecales.



Una vez vista la gran utilidad de esta técnica (tanto preventiva como diagnóstica), lo rápido que se hace, lo poco que cuesta realizarlo y la desmitificación de las posturas en las que se realiza... yo creo que todo el mundo debería sonreir tranquilo con los chistes y guiños humorísticos tan extendidos en los medios de comunicación sobre el temido "TACTO RECTAL".



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